¿Quién se queda con la pelota?(1)
Los alumnos me interceptaron a la entrada del aula ante un problema existencial-dijeron. Miré asombrada y entonces “si ganamos el sábado, el miércoles siguiente (se referían al miércoles 7/7/2010), volvemos a jugar y entonces coincide con el horario de la última clase de la cursada y proponemos suspenderla”
El problema existencial se trató entre unos 80 alumnos de la carrera de Artes, en la Facultad de Filosofía y Letras, UBA; en la materia Teoría General del Movimiento de la que soy profesora titular
Las casualidades hicieron la primera jugada, ese día el tema teórico era el juego, como proceso creador en el arte. Definiciones, fundamentos, historiar el devenir lúdico del acto creador. Cuál es el lugar del actor-espectador en el juego? El espacio lúdico, espacio y el objeto transicional en la escena y entró Winnicott a desempatar tantos “Me parece válido el principio general de que la psicoterapia se realiza en superposiciones de zonas de juego, la del paciente y la del terapeuta. Si éste último no sabe jugar, no está capacitado para la tarea. Si el que no sabe jugar es el paciente, hay que hacer algo para que pueda lograrlo, después de lo cual empieza la psicoterapia. El motivo de que el juego sea tan esencial consiste en que en él, el paciente se muestra creador”
¿Quién define el campo y las reglas del juego? ¿Por qué el proceso creador se relaciona con la experiencia lúdica?
Platón habla en las Leyes “El hombre no es más que un juguete que ha salido de las manos de Dios” (algunos alumnos desviaron la seriedad de la mirada y seguramente pensaron en la mano de Dios que una vez nos salvó) “hablar de juego es hablar de Leyes, ya que construye una normativa que son reglas específicas de juego…Los niños que han hecho innovaciones en los juegos serán diferentes de los que les han precedido; aspiran a otra manera de vivir, lo cual les inclinará a desear otras leyes y otros usos” Y esa herencia griega que sostiene el pensamiento occidental en muchos de sus ángulos dejó ver palabras de Aristóteles cuando establece una relación entre paideia y actitud lúdica frente al aprendizaje.
¿Por qué el público se prepara para el partido disfrazándose y revolotean pelucas, banderas y rostros maquillados? Son actores de una escena mundial, que vibra con gritos y trompetas? ¿Se relaciona esto con la estructura carnavalesca de la que hablaba Bajtin “ilumina la osadía inventiva, permite asociar elementos heterogéneos, aproximar lo que está lejano, ayuda a librarse de ideas convencionales del mundo/…/permite comprender la posibilidad de un orden distinto del mundo” y se disparan con fuerza consideraciones sobre las performances otra estructura de la puesta en escena, simultaneidad de relatos, diferente relación actor – espectador. Y Huizinga se planta en el centro de la cancha y dice: “Se deviene hombre si se juega” y cobra fuerza su libro Homo ludens “la cultura humana brota del juego y es juego y se desarrolla jugando. A medida que la cultura crece, se borran los rasgos lúdicos, se hace seria y la ley, la economía y la guerra, la técnica y hasta el culto parecen perder su contacto con el juego…
Antes que finalizara la segunda hora, pregunto: ¿Este espacio, esta sala es un territorio de juego? El aprendizaje es un entrar en el juego o quedarse afuera?
Cuando se produce el gol? Quién lo grita ? Una nota, un síntesis teórica ?
Y se ve venir encima el imaginario social que define y eleva al pedestal: el concepto de lo académico(2). Golpea la voz de una alumna “aquí se viene a aprender, no a jugar, me lo vienen diciendo desde que estrené el guardapolvo”. Yo prefiero no preguntar en clase, me da vergüenza, temo quedar ridícula. Yo anoto y anoto y después de ochos horas de estar aquí sentada, porque curso dos materias seguidas me voy a casa, vivo lejos, en La Plata y prefiero viajar un solo día, además ahorro en el pasaje”
Lo académico cumple una función discriminatoria en muchos ámbitos universitarios, se deposita en él, un exacerbado carácter individualista, en constante competitividad acerca de un campo de conocimiento donde se es dueño de la verdad. El académico no juega, no dialoga con los alumnos, no se equivoca, no se ríe, e inspira respeto por la distancia que impone frente al alumnado. De allí que la situación de examen final adquiera el carácter de una contienda donde por lo general impera el miedo, se acentúan problemas de dicción, es frecuente el tartamudeo en el alumno, se agiganta la vergüenza frente al error. Esta instancia de ser aprobado o desaprobado se asemeja a esas polaridades típicas de situaciones represivas y degradantes, que destruyen el aprendizaje más que estimular la apropiación de conocimientos.
No hay equipo, ausencia de producción conjunta, las monografías carecen de gambetas, no hay sorpresas, en general se sustentan en la repetición de palabras de otro.
El supuesto saber-poder tan cuestionado desde las palabras de autores y pensadores contemporáneos ha dejado sin cuerpo a muchos jugadores.
Y no hay juego sin el previo vaciamiento de un espacio-tiempo. El vaciamiento es fundante, la patada inicial, que inaugura todo juego. El juego es actitud reveladora. Para el que juega el mundo es profundo y eterno, compuesto de infinitas cáscaras-máscaras superpuestas que él va quitando una a una en cada juego/…/ El juego es una actividad desenmascaradora, develadora, implica un contacto íntimo y pleno con la realidad, es una forma de conocimiento(3).
Notas:
(1) Este artículo fue escrito el jueves anterior al partido de fútbol con carácter de eliminatorio que Argentina perdió frente a Alemania en el Mundial de Sudáfrica.
(2) (lejos del pueblo), Platón fundó la Academia en unos jardines alejados de Atenas a la sombra de un olivar, la lejanía es distancia , no lejanía del pueblo.
(3) Scheines Graciela: Juguetes y jugadores. Ed. Belgrano 1981.
Publicado en revista Campo Grupal Nº 125 agosto
Elina Matoso