¿La educación sin cuerpo? O el cuerpo ausente en las aulas - Instituto de la Máscara
Formación Oficial en Salud, Arte y Educación. Es una institución que articula lo psicoterapéutico, lo corporal, el psicoanálisis, el psicodrama, lo grupal, la creatividad y las máscaras. Este entramado constituye una definición conceptual y metodológica. La máscara revela y oculta a lo largo de la historia humana, lo personal, lo cultural y lo social.
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¿La educación sin cuerpo? O el cuerpo ausente en las aulas

About This Project

La formación de estudiantes, profesionales, la capacitación para docentes, los cursos de postgrado entre otros, suelen ser testimonio a veces de necesidades concretas de la demanda del  mercado y muchas otras responden a modas o “caprichos” sociales que ponen en evidencia el rostro manifiesto y oculto de la sociedad en que vivimos.
Suele quedar marginado del mapa de la formación “el cuerpo”, o dicho de otra manera, hay muchas ramas del saber que se ocupan del mismo, la medicina, la nutrición, la kinesiología, los cursos para modelos o de gastronomía, la danza, la ecología, la educación física. La formación psicológica y sociológica entre muchos otros.
Si bien no existe un carrera o formación que abarque la totalidad de la corporeidad, ya que ésta es imposible de reducir a un objeto de estudio o a un único enfoque, sin embargo, especialmente a través de los medios de comunicación se suelen dar mensajes muy contradictorios sobre ese territorio tangible e inabarcable que es el cuerpo del ser humano. Por ejemplo, se insiste en un estereotipo de belleza, que seguramente será el deseado por miles y miles de adolescentes y luego se refuerza con los peligros cada vez más tempranos de la anorexia y la bulimia, paralelamente al constante bombardeo publicitario de bebidas y alimentos que no sólo engordan sino que algunos perjudican la salud.
Así como esta sociedad pone en evidencia discursos contradictorios y desconcertantes sobre temas de seguridad, políticos, económicos etc. El cuerpo social resulta un gran espejo que refleja un cuerpo desmembrado, situación que genera desconcierto, inseguridad y miles de malestares que van desde dolores físicos como contracturas o dolores de estómago hasta males sociales como la desnutrición, el estrés, las adicciones entre otros.
Cada ciudadano de estas tierras está saturado de escuchar que fulano es del “riñón” del partido, que los “miembros” del parlamento no sancionaron tal o cual ley que la “mano”derecha de sultano en realidad actúa como sin manos, que el otro no tiene “pelos en la lengua” pero se calla lo que hay que decir.
Cómo resuelve y elige su rumbo un estudiante a quien le ofrecen un cuerpo si estudia para chef, otro si elige ser modelo o bailarín, o deportista y otro si se decide por la computación, las letras o las matemáticas, donde aparentemente sólo se necesita la cabeza, la computadora y la silla y el cuerpo puede estar ausente. La decisión  ¿De qué depende?  Del éxito, de la salida laboral, de un presunta delgadez o de la habilidad para el deporte?.
Al leer un comentario en las páginas de este diario sobre la orientación vocacional y la importancia de la elección de una formación adecuada, parecería que se desconociera este resquebrajamiento del cuerpo social donde se ofrecen múltiples cursos que tienen mucho que brindar pero “sin cuerpo”, aún aquellos que cómo el deporte o la danza dentro del arte, tienen el cuerpo cómo instrumento de formación.
A qué me refiero al decir “sin cuerpo”? O mejor de que cuerpo estamos hablando cuando lo mencionamos en el campo de la educación. Parecería que no hubiera una tarea diaria que involucre todas las etapas etarias de la educación que se refiriera a la toma de conciencia del propio cuerpo, a la apropiación de cada sujeto de su corporeidad indagando sus posibilidades, límites y deseos.
El aprendizaje no contempla el cuerpo como constituyente de la integridad de una persona. Estas palabras dan cuenta de un campo de lo corporal que tiene su especificidad y arraigo en el país que propone una educación que contemple el cuerpo como entidad que va más allá del esfuerzo, el éxito o las destrezas, sino que apunta a la conciencia que en este caso tienen los adolescentes acerca de la sensualidad, la sexualidad, la sensibilidad, lo que significa el contacto, la piel, la mirada, la desnudez, las mutaciones del cuerpo, la seducción, ¿quién se hace cargo de estas temáticas en los distintos niveles educativos?
“A menudo olvidamos lo absurdo que es nombrar el cuerpo como si fuera un fetiche, es decir, omitiendo el hombre al que encarna.
Las representaciones del cuerpo son una función de las representaciones de la persona. Al enunciar lo que hace el hombre, sus límites, sus relaciones con la naturaleza o con los otros, se dice algo de su carne”(1)
El siglo XX inaugura otro cuerpo, marcado por el enorme desarrollo tecnológico, la sobrevalorización del esfuerzo, y las huellas a fuego de las dos guerras mundiales donde la sociedad se vio obligada a levantar heridos, mutilados, exiliados, hambrientos y tratar de reinsertarlos a un mundo despedazado, Junto con muchos cambios y descubrimientos surgieron la denominadas técnicas corporales, cuyo propósito básico fue dar cuerpo a ese cuerpo desbastado u olvidado en campos áridos. Estas técnicas apuntalaron la conciencia de apropiación y reconocimiento de la corporeidad, la búsqueda de un equilibrio perdido, el desarrollo de la percepción, el estímulo a la conquista de la sensibilidad etc. Detrás de cada una de estas líneas de abordaje corporal como la bioenergética, la eutonía, la gimnasia consciente, la anti gimnasia, la gimnasia dulce, la técnicas de respiración y relajación, la expresión corporal, las influencias de Oriente con otra mirada de la energía corporal, llegaron a nuestro país en la década del cincuenta, y se fueron multiplicando y transformando por la creatividad de pioneros argentinos que han venido formando escuela y discípulos sin pausa. Sin embargo el sistema educativo las mantiene a distancia, o directamente no las deja entrar.
Así hay un cuerpo que queda en los márgenes, en los bordes, que no es asimilado con la fluidez que merecería pudiendo prevenir muchas de las dificultades propias del aprendizaje, no sólo aquellas que se manifiestan específicamente en dolores o crisis corporales sino en aquellas que necesitan una mente oxigenada, un ser humano creativo, adueñado de aquello con lo que cuenta su “si mismo” en todo el sentido de la palabra. Cabría preguntarse si hay una intencionalidad oculta por la cuál es conveniente que el individuo permanezca ignorante de su sensibilidad, su potencia e impotencia, su equilibrio energético, su capacidad para reconocer a los otros desde su propio conocimiento de su sentir y pensar, tal vez se considere subvertir un orden al tomar conciencia de la identidad corporal como clave en la construcción de la identidad y personalidad del sujeto.
Quisiera defender, testimoniar y dar a conocer una concepción del cuerpo que muchas formaciones dentro del sistema oficial y no oficial del ámbito educativo llevan adelante desde esta perspectiva y tal vez sea importante recalcar que cada sociedad construye cuerpo.

“El cuerpo es nuestro medio general de poseer el mundo”

Hemos aprendido de nuevo a sentir nuestro cuerpo, hemos re-entrado bajo el saber objetivo y distante del cuerpo a este otro saber que del mismo tenemos, porque está siempre con nosotros porque somos- cuerpo,…somos- del- mundo por nuestro cuerpo, en cuanto percibimos el mundo, en cuanto percibimos el mundo con nuestro cuerpo”. Decía Merleau Ponty ya en la década del cuarenta(2)
Estas formaciones no son meras técnicas para consumir sino que responden a una metodología e ideología de lo humano que contempla una inserción social, rescatando la importancia de lo grupal, la salud psicofísica y el desarrollo de la creatividad como base para formar más que des-formar un ser humano apuntando a su integridad y los egresados encuentran cada vez más una inserción que la sociedad demanda, en hospitales, escuelas, centros de salud, geriátricos, clubes, escuelas artísticas y especiales etc, sin embargo a la educación formal, masiva, se le escurre o la olvida frente a los brillos de otros rumbos quizá más marketineros.
Sin ser especialista en educación pero al estar frente a alumnos universitarios y terciarios día a ida, su mayor desconocimiento está en su propio cuerpo, la ajeneidad frente a la corporeidad. Lo consideran como algo impuesto (mandatos, destino, lugar del odio, de la provocación, de la indiferencia y llenan las aulas, alumnos que vienen despojados de cuerpo, y en esta sociedad un cuerpo ausente o que desaparece bajo las marcas de objetos y prendas. Es un cuerpo marcado que da mucho que pensar.
«Según la manera en que una sociedad plantee el problema de la vida y de la muerte, del trabajo y de las fiestas, según la idea que ella se forje de la naturaleza del hombre  y de su destino, según el valor que asigne al placer y al saber, el  cuerpo será  evaluado, tratado y representado diferentemente»(3)

Notas:
(1) Le Bretón D: La sociología del cuerpo Nueva visión Bs As 2002.
(2) Merleau- Ponty, M Fenomenología de la percepción. Península.
(3) Maisonneuve, j.Bruchon-Schweiter,M: Mddoelos del cuerpo y psicología estética. Paidos

Publicación

Publicado en la Rev. Anales de Educación nº 6 Julio 2007

Autor

Elina Matoso

Category
Textos
Tags
cuerpo